La equinoterapia consiste en la rehabilitación física y emocional de personas con capacidades diferentes donde la herramienta fundamental de trabajo es el caballo, que actúa como co-terapeuta. Está basada en la utilización del movimiento multidimensional del caballo muy parecido al del ser humano, y que al transmitir impulsos rítmicos sobre el paciente ayuda a mejorar el equilibrio, la coordinación y la destreza muscular. Además, la alta temperatura (38º) y el pelo tan suave del animal aportan un aspecto sensorial agradable, que hace que el niño sea capaz de relajarse con más facilidad e invitan a un contacto táctil no habitual entre niños con autismo.